miércoles, 25 de mayo de 2011

POESIA POR SOLEÁ

La SOLEÁ. Una forma estrófica sencilla y popular que nos abre muchas posibilidades en esos escuetos tres versos, donde nos obligamos a que nada sobre ni falte, a ser directos y a sugerir mucho.
En poesía, tenemos algo parecido en el haiku japonés. En narrativa, podríamos equiparlo con el relato hiperbreve. Con el primero, aparte de la forma, comparte el objetivo de crear una imagen o idea que haga pensar al lector; con el segundo, la necesidad de expresarse en muy pocas palabras.
Tradicionalmente, la soleá es una poesía que presenta una contradicción, aparente o de fondo, y bastante ironía. Espero que os gusten estas soleares que he escrito, en las que he intentado tocar varios palos, desde lo más triste hasta lo más jocoso, desde lo más profundo hasta lo más trivial. Teniendo en cuenta que en las soleares, como en la vida misma, podemos reirnos parodiando lo profundo y sacarle miga a lo aparentemente trivial.


1



Verdad, mentira…

las dos son sal que escuece

en las heridas.





2



Retumba el vacío

yo dentro de mi cuarto

y tú en el mío.



3



Será que me hago viejo:

no tengo miedo a los buitres

y me asustan los espejos.





4



Son algunos cariños

cadenas que te muerden

en los tobillos.





5



Si te vas de mi memoria

no esperes ganar el cielo

que ya has perdido la gloria.





6



Con las promesas que hiciste

he llenado un pudridero

donde se sacian los buitres.





7



¿Qué tus amores me cobras?

Anda y tíralo a tu perro

que no son ya más que sobras.





8

Truenos cereza
levanto con mi boca
en tus gemelas.

9

Trueno de espuma
que derramo impaciente
entre dos lunas.

10

Trueno de oliva
saborea mi lengua
entre tus ligas





11



Abre un surco de espada

En la canal de mi cuerpo

Sin romperme las entrañas





12



Ya ves si soy puritano

que me he tirado a la Puri

y me he calzado a su hermano.





13



Ay, que de hormigón armado

tú tienes el corazón.

Y tienes también el rabo.

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