lunes, 20 de diciembre de 2010

CONSEJOS PARA ESCRITORES PRINCIPIANTES

Escuchemos las respuestas de los "grandes" sobre algunas de esas dudas que suelen asaltarnos como escritores, respuestas que suelen llevarnos a comprender que no hay reglas cerradas, universales, monolíticas... porque estamos hablando de ARTE.

¿Cuál es la mejor manera de comenzar?
“¿El mejor adiestramiento para el aprendiz de escritor? Digamos que debería ahorcarse porque descubre que escribir bien es intolerablemente difícil. Entonces alguien debería salvarlo sin misericordia y su propio yo debería obligarlo a escribir tan bien como pudiera el resto de su vida. Así cuando menos tendría la historia del ahorcamiento para comenzar”.    
Ernest Hemingway

¿Para ser un buen escritor hay que utilizar un lenguaje "especial"?
“Cuando empecé a escribir pensaba que todo debía ser definido por el escritor. Por ejemplo, decir la palabra “luna” se encontraba absolutamente prohibido; uno debía hallar un adjetivo, un epíteto para “la luna”. Nunca hubiera dicho : “fulano entró y se sentó” porque era demasiado simple y demasiado fácil. Pensaba que tenía que encontrar una manera más fantasiosa de decirlo. Ahora descubro que todas esas cosas son, en general, molestas para el lector. Pero pienso que la raíz de todo el asunto se encuentra en el hecho de que, cuando un escritor comienza, siente de alguna manera que va a decir algo más bien tonto y obvio o un lugar común, y entonces se trata de esconderlo bajo ornamentos barrocos. Después, a medida que pasa el tiempo, uno siente que las ideas, buenas o malas, se deben expresar simplemente, porque si se tiene una hay que intentar introducir esa idea o estado de ánimo en la cabeza del lector”.    
Jorge Luis Borges.
¿Es necesario leer buena literatura para escribir buena literatura?
“Escribamos a diario, escribamos libremente, pero comparemos siempre lo que hemos escrito con lo que los grandes escritores escribieron. Es humillante, pero es esencial. Si pretendemos conservar y crear, sólo de esta manera lo conseguiremos. Y vamos a hacer ambas cosas”.    
Virginia Wolf

¿Es imprescindible corregir?
“Escribir es hacer un borrador y luego corregirlo hasta desentrañar lo que uno realmente piensa”    
Bioy Casares.

¿Cuándo sabremos que debemos darnos por vencidos?
No deberíamos desdeñar el trabajo, desdeñar los cuarenta y cinco, los cincuenta y dos cuentos escritos en nuestro primer año de fracasos. Fracasar es rendirse. Pero uno está en medio de un proceso móvil. Todo continúa. Se ha hecho el trabajo. Si está bien, uno aprende. Si está mal, aprende todavía más. El único fracaso es detenerse. No trabajar es apagarse, endurecerse, ponerse nervioso; no trabajar daña al proceso creativo.”
Ray Bradbury

¿Hasta qué punto debemos someternos a las reglas y las modas?
“Por delicioso que sea, el pasatiempo de medir y juzgar es la más fútil de las ocupaciones y el someterse a los decretos de los medidores y jueces la más servil de las actitudes. Lo que importa es que escribáis lo que deseáis escribir: y nadie puede decir si importará mucho tiempo o unas horas. Sacrificar un solo pelo de la cabeza de vuestra visión, un solo matiz de un color, es la más baja de las traiciones”.    
Virginia Wolf



viernes, 10 de diciembre de 2010

¿QUIEN CUENTA NUESTRA HISTORIA?

EL NARRADOR Y EL PUNTO DE VISTA
 

     Es conveniente tener claro a la hora de escribir quién es el narrador, quien va a contar nuestra historia. Conveniente, aunque en ocasiones comenzaremos una narración en primera persona a la que no conseguimos sacarle todo el partido que queríamos, para terminar dándonos cuenta de que es preferible que lo cuente un narrador testigo. Y viceversa. En todo caso, ponernos a pensar en ello antes de escribir nos ahorrará mucho trabajo.
     Hay que tener en cuenta, además, que el narrador se manifiesta situándose desde un punto de vista determinado y hablando con un tono de voz determinado (ve y dice), y que va a dosificar la información
     Si elegimos un narrador omnisciente tendremos varias ventajas: podremos abreviar el material narrativo al ser éste capaz de saltar de un lugar a otro y de un tiempo a otro. Podremos contar lo más absurdo, lo imposible, como si fuera lo más natural del mundo. El lector sabrá mucho, lo cual le crea satisfacción; pero también coartamos su capacidad de imaginar, de sacar consecuencias particulares y de interpretar. Y nos alejaremos de la realidad de nuestra propia percepción del mundo, en la cual existen casi tantos puntos de vista e interpretaciones de la realidad como seres humanos.
     El narrador testigo observa la escena con muy pocas alusiones a sí mismo. No es un personaje (y si lo es, su papel carece de importancia). Ve sólo lo que abarca su visión, no puede abarcar otros momentos o espacios ni entrar en los pensamientos reales de los personajes. Pero descubre a la vez que el lector, dándole libertad para que complete la historia.
     El narrador protagonista habla de sí mismo como eje de la narración y puede adquirir diversas modalidades: ser el principal y emplear cierta omnisciencia, contar la historia de otro, contar a medida que ocurren los hechos. Su principal ventaja es que el lector se implica  con mayor rapidez en los sentimientos y vivencias del protagonista. Su principal defecto:  la falta de distancia entre el punto de vista del narrador y el relato; el escritor corre el peligro de ser parcial.
     Claro, que estos son las formas estrictamente puras: podemosdesarrollar una narración cuyo argumento esté desplegado por diferentes voces, que ven los hechos cada uno a su manera, transformando la narración en una especie de sinfonía. Es una visión menos manipuladora y abre paso a distintos puntos de vista e interpretaciones.
    
A fin de cuentas, algunos escritores, como Juan José Millás, aventuran que el camino hacia la nueva literatura está en explorar las posibilidades del narrador y de los puntos de vista. ¿Te atreves a ello?