lunes, 20 de junio de 2011

EL CONFLICTO, MOTOR DE LA NARRACIÓN




Un relato sin conflicto nunca puede ser dramático. Es una descripción. El corazón de la narración es la lucha de los personajes por un objetivo, el deseo de eliminar el dolor  o alcanzar la felicidad, mediante la adquisición o el rechazo.

            Un ser humano reaccionará de distinto modo ante los distintos tipos de motivos y el mismo motivo tendrá distintos efectos sobre distintos seres humanos. En consecuencia, la intensidad del conflicto es producto de la naturaleza del motivo y del carácter del personaje.

Para encontrar el motivo podemos preguntar: ¿por qué actúa así un hombre? Para encontrar la intención podemos preguntar: ¿cómo actuaría un hombre si le sucediera esto?

            La fuerza del motivo y la fuerza de la intención deben ser proporcionales: en ningún caso un motivo débil puede originar una intención fuerte; sin embargo, a la fuerza de la causa puede agregarse la fuerza del ser humano: un hombre puede crecer por sobre sí mismo si la causa lo justifica.

            Cada intención tiene obstáculos que superar para lograr el objetivo. El conflicto es el resultado de la intención y la dificultad.

Hallamos tres tipos de dificultades esenciales:

            1.- El obstáculo.-

Es de naturaleza circunstancial: una montaña que se debe escalar, la falta de dinero o la imposibilidad de entender otro idioma. La desventaja de este obstáculo es ser de tendencia estática, no poder soportar cambios repentinos (la montaña no va a desaparecer ni podemos aprender un idioma nuevo de golpe).

         
           2.-La complicación:

Es de naturaleza accidental: un avión que debe aterrizar por el mal tiempo, un mensajero que se fractura una pierna, la llegada de unos borrachos que frustra un robo. Su desventaja es que, al ser accidental, despierta cierto resentimiento en el espectador, ya que no la planea ni la desea nadie, el personaje no la puede evitar ni prever, no es una prueba del poder del ser humano para ejecutar su voluntad.

            3.-La contraintención

            Es la intención definida de otro personaje de evitar el cumplimiento de la intención del primero. Por ejemplo, la llegada de unos borrachos es una complicación accidental; pero si la policía llega, alertada por la alarma, eso sí es una contraintención, la intención de los ladrones contra la de los policías. Es la dificultad más efectiva dramáticamente hablando, ya que es la más dinámica y la que da más posibilidades de ampliar la historia y de darle giros nuevos.


       


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