martes, 20 de septiembre de 2011

BYRACIONES (VARIACIONES SOBRE UN POEMA DE BYRON)



Termina el verano, así que abramos de nuevo el baúl de ideas para escribir, o practiquemos alguno de esos juegos literarios que pueden motivarnos, hacer surgir una idea o descubrir algo nuevo sobre nuestra propia forma de expresarnos.
Os propongo tomar un texto que os guste especialmente (¡o que os disguste! ¡más mérito todavía!), sea en verso o en prosa, y hagáis de él una versión, una variación que conserve la estructura, la idea, el tono...o lo que os parezca.
Yo he partido del poema de Byron que a continuación os transcribo, procurando hacer varias versiones con una estructura e idea general semejante, aunque variando el tema y cambiando el tono totalmente de uno a otro. Estas "variaciones" son una estupenda y divertida manera de "hacer dedos" literarios, o también de practicar con diferentes estilos y tonos y encontrar cual es el se ajusta más a nuestra piel creativa.
Os adjunto tres de las versiones que he escrito. Espero que os animéis con la propuesta y que me enviéis los resultados.



So, we'll go no more a roving
So late into the night,
Though the heart be still as loving,
And the moon be still as bright.
Así es, no volveremos a vagar
Tan tarde en la noche,
Aunque el corazón siga amando
Y la luna conserve el mismo brillo.
For the sword outwears its sheath,
And the soul wears out the breast,
And the hearth must pause to breathe,
And love itself have rest.
Pues la espada gasta su vaina,
Y el alma desgasta el pecho,
Y el corazón debe detenerse a respirar,
Y aún el amor debe descansar.
Though the night was made for loving,
And the days return too soon,
Yet we'll go no more a roving
By the light of the moon.
Aunque la noche fue hecha para amar,
Y demasiado pronto vuelven los días,
Aún así no volveremos a vagar
A la luz de la luna.

 Lord Byron

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Y aquí están las "byraciones" de Loren Fernández: la melancólica, la bestia y la jocosa.



NO VOLVEREMOS A SER NIÑOS

Así es, no volveremos a ser niños
egoístas, crueles, sucios ni vagos
aunque nos siga atrayendo el brillar
de los cuchillos, las llaves y las salamandras.
Pues ya gastamos todos los cartuchos
Y pagamos terapias y tahúres
Y fuimos adiestrados como pastores y como pasto de la negra pena.
Y vaciamos las farmacias y los bares.
Aunque bailemos cuando el invierno se agosta
Y silbemos a la vida cuando se engalana
Aún así no volveremos a ser niños
Que ríen y lloran a bocajarro.


NO VOLVEREMOS A FOLLAR

Así es, no volveremos a follar
en el aula catorce,
aunque bajo mi uniforme palpite el ansia
por tu vara de húmedo brillo.

Pues las madres velan por el virgo de sus hijas
y los santos padres bendijeron los prepucios breves
y los doctores que enseñan excátedra
nos vigilan con sus cámaras y delatores.
Aunque los pupitres sueñen que me cabalgas
y las paredes conserven nuestros gemidos
me reeducarás como ciudadana digna
en lugar de follarme, en el aula catorce.



 
NO VOLVEREMOS A VAGUEAR
 
 
Así es, no volveremos a vaguear
hasta mediodía en la piltra
aunque el body ame la madrugá
Malasaña y las caipirinhas.

Con un contrato basura, qué vaina,
y mil horas extra sin pago
no hay un minuto mío en mis días
ni buga, ni kely, ni Larios.
Aunque la noche fue hecha para desparramar
y el día para dormirla abrazados
aún así no volveremos a vaguear;
veremos si a vivir llegamos.

lunes, 12 de septiembre de 2011

CERTAMEN DE TOMELLOSO


Vamos dejando partir al verano, a las últimas mañanas sin despertador, a las últimas tardes de cervecita y mar, también a las últimas fiestas. Y yo he tenido el placer de despedir esas fiestas acompañando a Pilar Merino a recoger sus dos premios (el local de poesía y el local de relato) del Certamen Ciudad de Tomelloso.
Ceremonia de entrega de premios
Tomelloso es uno de esos pueblos, ya raros, donde la cultura es una fiesta "de tiros largos", de la que sus ciudadanos se sienten orgullosos. Disfrutar de ese ambiente, y conocer las calles donde se desarrollaban las aventuras del Plinio de García Pavón, el investigador más hispano (del que seguro os hablo otro día) es doble fiesta.
Pilar Merino y Loren Fernández


Noches disfrutadas en Tomelloso,  y ese siempre agradable conocer otra gente que sigue empeñada en escribir, en pintar, en crear... a pesar de la que está cayendo. Muchas y estupendas fueron las obras premiadas, y por no reproducirlas aquí todas, os traigo, como muestra, la poesía premiada en la modalidad local; después de todo, yo he estado muy cerca de Pilar Merino mientras se gestaba esa obra y se que, a pesar de sus problemas de salud, seguirá esforzándose en contarnos más cosas, más emociones, más vivencias, más espejos de esos en los que nos reconocemos intensamente humanos.





DESENCUENTRO



No fue por guarecerme de la lluvia
ni del dolor. Mis pasos de autómata
me arrastran al lugar de las ruinosas
cópulas, de tristes turbias ternuras
una y otra vez.
Mi soledad es torpe y extranjera;
la llave de la quince diecisiete
es la misma. Y la albina mujer
de ojos ciegos que jamás se sorprenden,
que limpia las toallas y la sangre,
que cuenta las monedas y las horas,
que descifra mi huída por los largos
corredores. La fría habitación
huele a sudor y dentelladas:
otros cuerpos se amaron en penumbra
hace un segundo para siempre.
Acaricia las sábanas mi pálida
desnudez solitaria sin excusas.
Mis dedos son los dedos de las sombras,
todas sus extensiones. Dócilmente
me penetran, me fluyen, me abandono,
me pierdo. Marco el número.
Tu teléfono suena al otro lado
de la pared
anónimo.
Pienso en la mujer albina. Barrerá
mis sesos. Venderá todas mis lágrimas.
Vaciará mi maleta en sus rodillas.
Es justo.
Ella es mi única heredera.