lunes, 28 de mayo de 2012

POEMAS SONOROS

Si pincháis el siguiente enlace, podréis escuchar cuatro poemas de mi próximo libro, recitados por el estupendo actor de doblaje Jacinto Montesdeoca. Un lujo escuchar mis versos en su poderosa y emotiva voz.
Dos de los poemas ya han sido publicados en este blog; no así los otros dos. Así que os transcribo el primero al menos, para que comprobéis que distancia tan grande separa lo que se ve con los ojos de lo que, además, se escucha. Si se escucha de una voz como esa...

http://soundcloud.com/jacinto-montes-de-oca/loren-fern-ndez-ferrer



LA MUERTE TIENE OJOS DE BETTE DAVIS

                                                          
“She´ll take a tumble on you                                                                                                                         

Roll you like you were dice

She´s got Bette Davis eyes”.

Kim Carnes, Bette Davis eyes.


Cuando ella aparece en blanco y negro

licuada en las gotas de morfina

Cuando estira las sábanas y las tinieblas

Cuando cae sobre mí una esperanza cruel

que me hará hundirme en lo profundo

Cuando me hace rodar como un dado

que sus dedos suturan

y tengo la certeza de palabras de nieve bajo las mascarillas

Cuando me dice te quiero

con la turbia alegría de los locos

y sus labios abren surcos

que la fiebre tarda horas en devastar,

no hago preguntas.


Sé que la respuesta

es la llave de los Infiernos.





domingo, 20 de mayo de 2012

REFLEXIONES SOBRE EL PROCESO DE ESCRITURA. JORDI DOCE



He leído estas reflexiones sobre la tarea de escribir del poeta y crítico literario JORDI DOCE. Espero q las encontréis tan interesantes como yo.

"Escribir significa conectar con cierta longitud de onda que emana de uno mismo. Hay que apartarse un poco del yo y orientar la antena en su dirección. Por eso el que escribe no es yo, sino quien le escucha, y por eso lo escrito no es el relato del yo, sino del otro, de ese tú que lo transcribe, que escribe al dictado en medio del tumulto cotidiano. Y, por si fuera poco, resulta que ese tú no siempre es el mismo, puede cambiar en cada audición. A veces incluso es un pequeño público que compite por un lugar de privilegio frente al estrado."

"Al escribir apartamos de la vista la muerte. No la olvidamos (tal vez escribimos sobre ella o tratamos de desentrañar su naturaleza), pero en cierto modo la obviamos, nos sustraemos a su presencia. La escritura nos deposita en un tercer tiempo que no es ni vida ni muerte pero que las abraza y subsume. De ahí la momentánea tristeza, el acceso de cansancio desesperanzado que sigue a la página escrita. Volvemos a ser mortales, volvemos a sentir el peso gris de la carne."

"Robert Graves explicaba en una carta que, al escribir, era capaz de percibir el vuelo de una mosca o el ruido de unos pasos anónimos al otro extremo de la calle. En los instantes de escritura los sentidos se hallan sumamente alerta. Todas las antenas se han desplegado, nuestros nervios se hayan literalmente de punta, pero a la vez hemos dejado de ser cuerpo, no lo sentimos, acogemos su información como si fuera de otro, gravitamos o levitamos en el aire y a menudo parece (exageración que esconde una verdad profunda) que nos hemos desdoblado, de modo que es posible vernos escribiendo mientras escribimos, ser a la vez el escritor y lo escrito."
 
 
"Con frecuencia, más que hacer nosotros algo, somos la resistencia contra la que ese algo germina y se fortalece. Cuántas veces, después de dos o tres horas de trabajo infructuoso, la línea o la idea buscada se me han aparecido cuando hacía otra cosa, cuando ni siquiera pensaba en mi trabajo primero. Esa línea estaba ahí, crecía contra el muro que yo mismo era para ella, y sólo cuando me aparté se hizo visible, pudo cruzar al ámbito de la conciencia. Era importante estar ahí, ofrecer esa opacidad, pero también marcharse, deponer el pulso, los vectores de la voluntad. Estar y no estar, ser el interruptor de uno mismo, el latido cuya naturaleza incluye negarse a sí mismo."

"Conviene saber cuándo estamos ante un ejemplo genuino de inconformismo, de disgusto con la propia obra, y cuándo ante una inclinación no menos peculiar a ver más verde la hierba del vecino. Lo que hace el otro siempre parece más lúcido, más lleno de mérito, por la sencilla razón de que desconocemos la trastienda, el humilde armazón de alambres y madera que lo sostiene; surge ante nosotros armado de pies a cabeza, como Atenea, y de inmediato nos arrastra a una guerra que no es la nuestras y en la que corremos el riesgo de perder el poco afecto que aún sentimos por nuestras cosas."
 
 
"Siempre estaré más cerca de los escritores para quienes el hecho de escribir supone al menos una alegría física, instintiva, casi animal, como la de un niño saltando las olas o dejándose llevar por el entusiasmo de la carrera, jugando con una fuerza que no sabe cómo agotar. Esa ligereza, al cabo, su facilidad para ir de un estado a otro, de la risa al llanto, del juego a la hosquedad. Como Dickens, que lloraba y reía con cada quiebro de la acción, y a quienes sus hijas oían desde el piso de abajo decirse en voz alta los diálogos de sus personajes."

domingo, 13 de mayo de 2012

COMO CREAR PERSONAJES CON PERSONALIDAD PROPIA


 SERLOCK HOLMES Y MAIGRET:



¿Es posible definir la personalidad de un personaje? Lo veremos más claro si tomamos dos personajes con el mismo oficio (detectives), y que vivan en el mismo tipo de novelas (de género policíaco) y tengan la misma motivación (resolver un crimen). En principio podemos suponer que será difícil distinguir a uno del otro.

Difícil y aburrido, a no ser que cada uno tenga una personalidad propia, distinta,  que unos creadores de la talla de Conan Doyle y de Simenon hayan sabido mostrarnos lo que hacen y dicen, se hayan molestado en definirles con cuidado y atención, como Homero a su Ulises.

Y, desde luego que lo han conseguido, porque Holmes y Maigret son dos personalidades totalmente distintas: tienen distintas formas de actuar, una visión del mundo distinta y rasgos psicológicos propios.

En primer lugar, veamos cómo actuan  para resolver un crimen.
Por un lado, HOLMES es un cerebro izquierdo, analítico y racional. Sólo se fía de los indicios materiales. Ante un crimen se pregunta ¿qué ha pasado aquí? Es el hombre que va buscando con su lupa un pelo, una huella, insignificante para otros, pero que él analiza como un científico.

Vemos que el método que sigue Holmes para resolver un caso es deductivo: tiene que encontrar indicios materiales, y poner en marcha su extraordinaria inteligencia y estudios para colocar cada elemento en su sitio y resolver la ecuación.

 Veámosle en acción en la novela “Estudio en escarlata”:
“Le diré otra cosa –dijo Serlock Holmes a Watson-, el hombre de las botas de charol y el de las botas de punta cuadrada llegaron en el mismo coche y caminaron por el sendero del jardín como buenos amigos; muy probablemente iban cogidos del brazo. Cuando entraron, caminaron de un extremo a otro de la habitación; o, mejor dicho, Botas de Charol se  quedó inmóvil mientras Botas de Punta Cuadrada caminaba arriba y abajo. Todo esto lo leí en el polvo, y también leí que el que caminaba estaba cada vez más inquieto. Se nota en las huellas de sus pasos, que son cada vez más largos. Sin duda hablaba mientras caminaba, y se iba enfureciendo cada vez más. Fue entonces cuando se produjo la tragedia. Ya le he dicho todo lo que sé hasta este momento, pues el resto son meras suposiciones y conjeturas.”
           Impresionante.


Por el contrario, el COMISARIO MAIGRET es un cerebro derecho, sintético: busca captar los móviles ocultos. Ante un crimen se preguntará ¿por qué ha pasado?

Maigret utiliza un método inductivo. Intenta remontarse al origen de los acontecimientos, comprender al criminal.

A veces un gesto a otro sospechoso, una palabra durante el interrogatorio, le dan la clave que necesita para encontrar un móvil o un culpable. Las pistas que busca son más intangibles que las de Holmes: tienen más que ver con la psicología de los personajes y sus relaciones entre ellos.

Veamos cómo trabaja el cerebro de Maigret, en la novela “Maigret en la audiencia”, después de un interrogatorio a la mujer del sospechoso:

            “Estas y otras cosas, a los ojos de Maigret, equivocadamente o no, prestaban de pronto una importancia bastante grande al asunto de la niña.
            No llegaba hasta a afirmar  que Meurant fuera inocente. Había visto a hombres tan modestos, tan calmos, tan dulces en apariencia como él, convertirse en violentos.
            Casi siempre se debía a que, por una razón o por otra, se sentían heridos en lo más profundo de sí mismos.
            Meurant, empujado por los celos, habría podido cometer un crimen pasional. Acaso habría podido atacar también a un amigo que le hubiera ofendido. Acaso, incluso, si su tía le había negado el dinero que tanto necesitaba...
            Todo era posible, salvo, le parecía al comisario, tratándose de un hombre que había deseado un hijo, ahogar lentamente a una niña de cuatro años”.

          En segundo lugar, ¿tienen los dos colegas una visión del mundo y una psicología distintas? Pues eso parece.

En sus novelas comprobamos que la mentalidad de HOLMES le hace dedicarse a esto para poner a prueba su  propia inteligencia y extirpar el crimen (en ocasiones, incluso, se queja de que “ya no existan criminales como los de antes, sino delincuentes chapuceros”, con los que no puede poner a prueba su inteligencia), por eso se siente satisfecho cuando resuelve un caso.

La mentalidad de MAIGRET es bien distinta. El pretende comprender qué lleva al criminal a cometer un crimen. Por eso, en ocasiones, cuando resuelve  un caso ha comprendido tanto al acusado que se siente aún peor.



Hemos visto que nuestros dos amigos detectives tienen personalidades muy distintas, y que mister Donan Doyle y monsieur Simenon pintan esa personalidad con habilidad, pero no por arte de magia, sino a través de lo que dicen, hablan y piensan sus personajes.

Pero, ¿hay más formas de definir al personaje, de darle vida, que es en realidad lo que nos tiene sorprendidos/admirados/preocupados?

¡Por supuesto! Un personaje vivo es un ser humano dentro de un mundo propio. vive en una sociedad, en una época y se relaciona con otros personajes.

Los  personajes secundarios son muy importantes a la hora de definir al protagonista. Holmes y Maigret, por ejemplo, no serían nada sin sus antagonistas: es decir, los criminales, y sin sus colaboradores (¿Hay colaborador más famoso que el doctor Watson?).

Porque se supone que, cuando hablamos de grandes personajes nos referimos sólo a los protagonistas...¿o no?
Hablaremos de eso otro día.



miércoles, 2 de mayo de 2012

MALDITO LUNES

Os adelanto un poema de mi último proyecto, basado en los días de la semana. Ya sabéis, el lunes parece ser siempre el más antipático. No es nada personal.



MALDITO LUNES


Los lunes caen sobre mí como un torrente de agua sucia,

arrastrando la ginebra y los besos

que acumulo

en noches de sábado y en domingos de sol.



Los lunes acampan sapos en mis zapatillas,

se asalvaja el despertador  doméstico,

y tengo serios problemas para decidir

entre la falda verde y la soga de quince hebras.



Los lunes son una playa sin bandera azul

donde la marea amontona cadáveres de delfines,

madejas de tendones del último verano

tablas donde los erizos acechan.



Los lunes, la megafonía del metro llueve

suPróxima estación, Plaza de España,

sobre el deseo, la cajera, el oficinista,

con municipal indiferencia por los sentimientos ajenos.



Los lunes, sin licencia editorial,

las poetas americanas fornican y se suicidan

indistintamente,

y yo vuelvo a ser débil despojo

en el espejo de María Fatalidades.