Os esperamos.
David Torres |
David Torres nació en Madrid, el 9 de diciembre de 1966. Es un escritor, guionista y columnista español. Es autor de las novelas El mar en ruinas, El gran silencio y Nanga parbat, y de los libros de cuentos Cuidado con el perro y Donde no irán los navegantes. Ha sido finalista del Premio Nadal en 2003. En 2007 ganó el Premio Tigre Juan de novela por Niños de Tiza, el libro se editaría en 2008, y también se hizo con el Premio Hammett a la mejor novela policíaca en la Semana Negra de Gijón de 2009. En octubre de 2010 le fue otorgado el IV Premio Logroño de Novela con la obra Punto de fisión.[1]
He aquí la cruz, el fuego isabelino, los instrumento de tortura
tan despiadados como hermosos, dispuestos
como cubiertos en torno a la mesa del almuerzo.
He aquí la familia que echa a andar con sus muebles a cuestas,
que deja atrás sus posesiones, su casa,
camina por las vías
paralelas del tren hasta que el padre
se detiene, murmura _ “éste es un buen sitio”
__________________ “éste es un buen sitio”,
antes de decirle a su hijo que se arrodille y cierre los ojos.
La destrucción puede empezar aquí,
puede empezar en cualquier sitio,
en esta hoja en blanco, en este día,
en esta casa abandonada, en este patio donde los niños
juegan a las canicas con los ojos de los muertos.
(...)
Demasiado tarde tú comprenderás
por qué Dios había acudido a ti,
precisamente a ti,
comprenderás (ya demasiado tarde) cómo es que sólo tú podías hallar el rastro,
y sabrás (tarde, otra vez tarde, siempre tarde)
que aquellas manos que sirvieron para la caricia
pueden servir también para la tibia confección de la mentira,
que lo que un día se usó para arar la tierra
se usó también para destruir la tierra.
He aquí que este fuego, esta casa, esta cruz es la tuya.
Entonces recordaste cuando ella era una niña
que jugaba a arrancarles las alas a las moscas.
David Torres. Londres.
Mariana Pesci |
Mariana Pesci, nacida hace medio siglo en Argentina, es psicóloga y escritora, y ha tocado muchos palos en esto de la literatura (relato, prosa poética, cuento infantil, poesía).
Se versos discurren entre acantilados y playas donde todos nos encontramos, hermanados por sentimientos universales, y entre la necesidad de captar la sensación simple y la dificultad de transmitirla con versos, capacidad de la que ella anda sobrada.
Un deleite sus poemas, y un deleite escucharlos en su dulce y sensual voz porteña.
VIENTO Y SAL
Ante tus manos
soy acantilada,
y tanto como puedo, en la mirada que te
busca,
suspensiv...
Ante tus huellas,
arena en una playa solitaria,
absorta con el regresar de las olas
desde cualquier horizonte.
Ante tus velas de navío visto o soñado,
viento con furia que te empuja,
de la proa a la popa, para aventurarte en mis orillas...
Naufragar una y otra vez.
"Naufragios"
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