Están las cosas muy malitas para publicar, como ya muchos de vosotros sabéis. La editoriales pequeñas son absorvidas por las grandes y en las grandes prima la búsqueda de beneficios, incluso en aquellas que tradicionalmente tenían la difusión de la cultura o el fomento del arte como divisas. Si no eres conocido, si tu obra no tiene pinta de comercial o si no tienes agente literario, la cosa se complica bastante. Además, la crisis también afecta a sus ventas: arriesgar es hoy palabra tabú para la mayoría de los editores.
Internet va abriendo nuevos caminos y posibilidades (¿dónde nos llevarán?), que tenemos que ir buscando, explorando, aprovechando. Mi primera experiencia en este sentido no ha sido feliz. Vale, de acuerdo, quizás me diréis que he pecado de ingenua o lanzada: en cualquier caso, para q no os pase a otros, paso al sumario de los hechos:
En noviembre envié una novela mía, previo pago de 100 euros, a la agencia literaria párrafos, q funciona por internet. El precio suponía la corrección del texto y su valoración, a fin de aceptar o no gestionarla como agentes literarios.
Han pasado 10 meses y varias reclamaciones. A las primeras me contestaban dándome largas, reconociendo que se estaban demorando más de lo habitual y asegurando que iban a resolverlo pronto. A las tres últimas, en las que les pedía me devolvieran el dinero porque no puedo tener la novela en dique seco eternamente, simplemente me han dado la callada por respuesta. Ya contaba con q podía ser una medio trampichuela, pero como mínimo esperaba que me enviarían las correcciones prometidas con un "lo sentimos, pero no nos interesa de momento". ¡Ay, pero ni eso, oiga! El único trabajo que han hecho con mi dinero es el de retirarlo de su cuenta corriente (¡con lo que nos cuesta ganarlo!).
Así que, ojo: espero que esto sirva para que no caigáis en la misma trampa.
Pero experiencias como éstas no deben apartarnos de nuestro objetivo: publicar, encontrarnos con nuestros lectores, sea en papel, en pantalla, o descargados o en esos aparatitos tan monos que ya tenéis alguno y donde cabe la biblioteca nacional. El futuro está ahi, hagámonos un hueco dentro.