domingo, 12 de septiembre de 2010

LA MALDICION DE ESCRIBIR

Venga, se acabaron las vacaciones. Pongamos en pie todos esos proyectos que hemos ido forjando en la cabeza mientras descansabámos, nos divertíamos, sudábamos... y pensábamos que deberíamos de estar escribriendo. Desengáñate: si escribir es tu pasión no vas a librarte de ella tan fácilmente. Es una maldición y una salvación, como dice CLARICE LISPECTOR:
"Dije una vez que escribir era una maldición. No me acuerdo exactamente por qué lo dije, y con sinceridad hoy repito: es una maldición, pero una maldición que salva.
 Es una maldición porque obliga y arrastra, como un vicio penoso del cual es casi imposible librarse, pues nada lo sustituye. Y es una salvación.
Salva el alma presa, salva a la persona que se siente inútil, salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos que se escriba. Escribir es buscar, entender, es buscar reproducir lo irreproducible, y sentir hasta las últimas consecuencias el sentimiento que permanecería apenas vago y sofocante. Escribir es también bendecir una vida que no fue bendecida".
Disfrutemos de esta maldita bendición que nos salva de la rutina, de las frustracciones, de los recuerdos, de la mortalidad, de la confusión. Que tengáis un bendito otoño lleno de fiebre por escribir y de magníficos resultados.

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