Escribir puede ser, entre otras cosas, una forma de vivir otras vidas. Hay muchos novelistas que declaran que "son otros", que viven la vida de sus personajes, a veces con una tremenda intensidad. He aquí cómo nos cuentan algunos de ellos su experiencia:
"Si la vida es libertad dentro de una situación, la vida de un personajes novelístico es doblemente libre, pues permite al autor vivir misteriosamente otros destinos, quizá el hecho fundamental que incita a escribir ficciones. En ellas, como en los sueños, el hombre puede vivir otras vidas y realizar ansiedades infinitamente frenadas por su inconsciencia. Creo que en éste fenómeno reside el valor catártico de la novela o el teatro"
Ernesto Sábato.
"Cuando yo era niño tenía la esperanza -contra todo lo que pudiera esperarse- de ser varias personas. Ser una sola persona me parecía muy poco. A medida que uno vive, se afianza el mismo maniático, el mismo nimio personaje. No creo que haya riesto de perder la identidad en la obra. La obra refuerza la identidad, la refleja, se parece inevitablemente al autor, porque el ego siempre está ahí".
Bioy Casares.
"Al otro Borges es a quien le ocurren las cosas. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Poco a poco voy cedíendole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Yo he de quedar en Borges, no en mí, pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro. No sé cuál de los dos escribe esta página".
Jorge Luis Borges.
"Me transformo en los personajes sobre los cuales escribo. Estoy tan inmersa en ellos que sus motivos son los míos. Cuando escribo acerca de un ladrón, me vuelvo ladrón; cuando escribo sobre el capitán Penderton, me vuelvo varón y homosexual; cuando escribo sobre un sordomudo, ensordezco mientras dura la historia".
Carson
"Si la vocación del novelista llega a ser una necesidad tan imprescindible, una necesidad de carácter vital, entonces se diría que ese rebelde es también un esclavo, que ese hombre se halla en desacuerdo, en pugna con la realidad, está frente a su propia insatisfacción, es decir, frente a su propia vocación, en situación de servidumbre, de esclavitud. Es como si esa vocación nacida de una manera un tanto leve, y que luego se fue acrecentando, inoculara en él una presencia extranjera que lo fuera invadiendo, colonizando, tiranizando".
Mario Vargas Llosa.
"Me siento múltiple. Soy como una habitación con innumerables espejos fantásticos que distorsionan en reflejos falsos una única realidad anterior que no está en ninguno y está en todos. Como el panteísta se siente árbol, se siente flor, yo me siento varios seres. Me siento vivir vidas ajenas, en mí, parcialmente, como si mi ser participara de todos los hombres, una suma de no-yos sintetizados en un yo postizo".
Fernando Pessoa.
"Yo soy otro"
Arthur Rimbaud.
"Madame Bovary soy yo"
Gustave Flaubert
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