lunes, 4 de noviembre de 2013

"EL SONAMBULISTA", de JOSE MIGUEL URBANO


José Miguel, entre los presentadores de su libro.

El pasado 30 de octubre se presentó en la Sala Trovador, de Madrid, el poemario "El sonambulista", dentro de la colección "Piel de Sal" de editorial Celesta. Su autor, José Miguel Urbano, nos regaló la lectura de algunos de sus versos que, aunque ya conocía, volvieron a sorprenderme por su enorme fuerza, su capacidad para sorprender, su facilidad para sugerir cosas que, a fuerza de parecer oscuras, nos dejan entrever infinitos paisajes, situaciones, vivencias que podemos reconocer de un modo más visceral que racional. Son imágenes que nos inquietan, que contactan directamente con la parte no consciente del lector. José Miguel Urbano tiene, además, una amplia cultura artística, sobre todo musical y cinematográfica, y es un viajero empedernido. Sus poemas viajan en ocasiones como notas de jazz, en ocasiones nos hacen escuchar el aire de Lisboa o las calles de Estambul, en otras nos llevan a través de una película de algún director nórdico o japonés.
Difícil elegir un par de poemas entre todos. Os dejo los que no sé si son los mejores o los más representativos del libro, pero sí dos de mis preferidos.




RENUNCIO

Recuérdame la muerte bajo la nieve
en la ciudad, con el cuarto bajo la escalera y el pene en la mano decido dejarte
con prisas por abandonar este mundo
no siento fatiga
tan solo pululan pellejos
como nubes que descargan sin que la tierra pida cuentas

no soy compasivo
"esa tabla de coordenadas"
la ventana y sus arrugas
no me impiden la contemplación
de los gatos apareándose

busco un asesinato
ahora lo sé
permaneceré atento
al trabuco y el violín
hasta que los barcos de papel rebasen la orilla

renuncio a la escarcha en el retiro
despierto junto a un espantapájaros.



AURORA BOREAL

Se trata de no decir ninguna palabra de amor
compréndelo, soy mudo a los gritos
y ahora, con un hilo de voz, me deseas la muerte
mientras el pegamento gotea sobre la buhardilla

mírame y dime que no lo soportas
mis lentes menguan
y la boca, reseca la tengo de tanto nadar

si ponen el cadalso en el hueco de la escalera
afilaré la hoja para cortar la pluma
borraré la barba del vecino del once
y dejaré que sangre hasta que naufrague el tobillo

no me mires así
déjalo todo según está
el mecano, los apagones, el rallador, su enjambre
de nada sirve, si no recuerdo esos barcos que pescaba en la bañera

súbeme al cuarto oscuro y no me pidas perdón, solo quiero tirar del hilo.

2 comentarios:

  1. Muchísimas gracias, Loren. Me alegro de tenerte como amiga y ser tan maravillosa. Besos de Jose.

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  2. Compartir poesía nos hace, en ocasiones, conocer a otros más allá de las palabras y de los momentos compartidos, de una forma más emocional, directa, intuitiva, desnuda. Un placer conocerte, poeta.
    Loren

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